Cómo reducir el consumo de luz
Aquí tienes una serie de trucos que te pueden ayudar a reducir el consumo eléctrico.
No todo el mundo podrá aplicarlos, porque dependerá de las circunstancias de cada uno.
Calentador eléctrico de agua
- Si tienes un calentador eléctrico de agua, pon un temporizador o enchufe inteligente y prográmalo para que funcione una vez al día y a las horas más baratas.
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Baja la temperatura del calentador hasta un punto que no te resulte incómodo.
Recuerda regular la temperatura en cada cambio de estación. El calentador tiene un aislamiento que lo recubre por dentro y que mantiene el agua caliente durante días (según la capacidad y el uso que le des), pero no durará el mismo tiempo en verano que en invierno. Este truco, combinado con el del temporizador, es probablemente el que te ayude a ahorrar más en la factura de la luz. -
Si te vas de vacaciones, desenchufa el calentador eléctrico de agua. No tiene sentido mantener el agua caliente si no estás en casa.
Frigorífico
- Descongela los alimentos que saques del congelador metiéndolos en el frigorífico. Así aprovecharás la energía que se empleó para congelarla en mantener la temperatura del frigorífico.
En verano
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El frigorífico es el equipo que más suele consumir en verano, si ningún otro es usado.
Si lo dejas abierto le entrará aire caliente, y cuando lo cierres tendrá que ponerse en marcha para bajar su temperatura, y para ello tendrá que consumir mucha electricidad. Lo notarás porque las paredes del frigorífico estarán calientes. -
Mantén cerrada la vivienda en las horas de más calor, y abre cuando la temperatura exterior baje.
Si es necesario, pon termómetros dentro de casa para comparar la temperatura que tienes dentro con la que hay fuera. Así podrás saber en qué momento abrir o cerrar ventanas y persianas. -
Pon toldos o cualquier sistema de sombreamiento que se te ocurra
para evitar que los rayos de sol calienten paredes y ventanas.
- Usa el ventilador para mover el aire de una habitación. No es necesario que te dé directamente.
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Para dormir, usa el antiguo método egipcio para refrescar la cama, consistente en poner, unas horas antes, una toalla húmeda (que no gotee) sobre la cama.
Retírala antes de acostarte. Verás que la cama no solo no está caliente, sino que incluso notarás una ligera sensación de frescor.
No cenes mucho o tarde, porque al acostarte tu cuerpo estará generando calor por la digestión.
Un ventilador que mueva el aire también ayuda mucho, aunque dependerá de la humedad del ambiente. Si hay mucha humedad el ventilador no podrá quitar la sudoración que tienes pegado al cuerpo, y la sensación de frescor no se produce.
En invierno
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El calentador eléctrico de agua es el equipo que más suele consumir en invierno, si ningún otro es usado.
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Aprovecha las horas de sol. Sube las persianas para que entren los rayos de sol.
Ventila la casa unos 15 minutos a las horas de más temperatura, que será al mediodía. -
Pon burletes en puertas y ventanas, para que no entre el frío.
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La caja de persiana es un lugar por el que también puede entrar el frío. Asegúrate que esté bien sellada.
No te olvides del hueco de la correa. Si ves suciedad alrededor de esa zona querrá decir que te está entrando aire (y polvo). -
Si tienes grietas en fachadas, debes taparlas.
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Cierra las habitaciones que no uses. No tiene sentido calentarlas.
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El cuerpo humano es capaz de adaptar su temperatura de confort en cada cambio de estación.
Ese cambio se consigue poco a poco, así que dale tiempo a tu cuerpo
y no abuses del aire acondicionado o los radiadores eléctricos.
El gorro de lana te ayudará a mantener tu calor corporal.
Dispositivos inteligentes
- A estas alturas no hace falta decir que debemos tener luces leds en lugar de las antiguas bombillas incandescentes.
- Usa los temporizadores de los equipos que los tengan, o compra enchufes inteligentes y prográmalos para se enciendan y apaguen solo las horas que necesites. Los equipos en los que seguro vas a ponerlos serán el calentador eléctrico de agua y en los radiadores eléctricos.
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Consigue un medidor de consumo eléctrico, y revisa todos los equipos que tengas en casa.
A lo mejor te sorprende comprobar que ciertos equipos consumen más de lo que creías, como por ejemplo el televisor,
y configurándolo en modo ECO o bajando su brillo reduces un poco tus consumos diarios.